¿Qué nos hace distintos, especiales y mejores? ¿Qué es eso que tenemos que puede hacer que el cliente nos elija? En una palabra: DIFERENCIACIÓN
Esa debería de ser la estrategia que nos haga desmarcarnos de nuestra competencia.
Pero a esa diferenciación hay que añadir algo más: COMUNICACIÓN. De nada sirve que haya propuestas muy originales y diferentes si no tienen un desarrollo comunicativo posterior. Si nos quedamos en lo externo y no entramos en el fondo, no conseguiremos nuestro objetivo, que es que el cliente elija el producto o servicio que le ofrecemos.
Porque aquello que no se comunica no existe.
Pero no vale cualquier tipo de comunicación. Hoy en día nos bombardean con miles de mensajes diarios a través de diferentes medios. Y por ello hay que elegir muy bien el tipo de comunicación que queremos hacer de nuestro producto y/o servicio.
Expertos hablan de la importancia de comunicar historias cargadas de emoción porque recordamos lo que nos emociona y nos emocionan las historias.
La historia de un producto, contada desde la cercanía y con el punto justo de emoción puede ser el detonante que marque la diferencia para que nos elijan.
Apostemos por la diferenciación y comuniquemos, con emoción y desde la cercanía.
Porque vivimos en un mundo con una competencia feroz, en el que es difícil fidelizar a los clientes.
Se necesita conectar con el público objetivo, que cada vez es más exigente. Y para ello debemos crear una narrativa que cree esa conexión.
Es lo que se conoce como storytelling.
Se trata de una técnica narrativa basada en utilizar historias para crear una conexión entre una marca y sus clientes.
Y a través de esa narración provocar una respuesta emocional en su público, que permita conectar marca y cliente.
¿Utilizas el storytelling para la comunicación de tu marca?